Microsoft ha hecho un excelente trabajo con Xbox One, ya que a pesar de su menor potencia a nivel de hardware ha sabido convertirla en una solución muy interesante y con un enorme potencial gracias a la incorporación de características como la retrocompatibilidad con Xbox 360, aunque con su próxima consola, Xbox Scorpio, volverán a recuperar la corona del rendimiento.
No os voy a mentir, soy uno de esos usuarios que dan mucha importancia a la potencia de un sistema. Eso me llevó en su momento a comprar la Xbox original, y la retrocompatibilidad y la potencia que ofrecía en su momento Xbox 360 logró seducirme y me hizo también decantarme por ella.
Por ello debo decir que la decisión de Microsoft de optar por desarrollar una consola como Xbox Scorpio me parece muy acertado, tanto a nivel de enfoque (que coexista con Xbox One) como de prestaciones (que sea una solución capaz de mover juegos en 4K nativo).
En este sentido Aaron Greenberg, uno de los “pesos pesados” de la división Xbox, no pudo ocultar su optimismo en relación a Scorpio y dio a entender que la próxima consola de Microsoft será una propuesta fantástica para aquellos jugadores que quieran el máximo rendimiento, con resoluciones 4K nativas y una buena experiencia de realidad virtual.
El ejecutivo también hizo una referencia clara cómo quedará el ecosistema con el lanzamiento de la misma, con Xbox One S como una alternativa para aquellos con menor presupuesto y Xbox Scorpio para los que quieran lo mejor del mercado.
Ya lo dije en su momento y lo repito, con una potencia de 6 TFLOPs, un nuevo procesador basado en ZEN y un aumento de memoria de sistema no tengo ninguna duda de que Xbox Scorpio podrá mover juegos a 4K. Tened en cuenta que una GTX 970 puede hacerlo sin problemas con calidades medias o altas, y su potencia es de unos 3,5 TFLOPS.
Más información: Winbeta.