Nokia confía ciegamente en Windows Phone. Tanto, que los propios directivos de la compañía afirman no tener un Plan B, en caso de que los terminales equipados con el sistema operativo de Microsoft no se vendan bien.
De hecho, tal y como han afirmado recientemente, “el único Plan B es que el Plan A tenga resultado” o lo que es lo mismo: ante el ocaso de Symbian, la compañía finlandesa se dispone a jugárselo todo a una única carta.
De momento, los primeros terminales Lumia no parecen haber suscitado olas de entusiasmo en Europa, pero quizás aún sea pronto para realizar valoraciones, ya que aún habrá que esperar unas semanas para que los nuevos Nokia comiencen a venderse en Estados Unidos.
Por otro lado, todo apunta a que en el próximo Mobile World Congress, que se celebrará del 27 de febrero al 1 de marzo en Barcelona, veremos un adelanto de Windows Phone 8 y dada la especial alianza que mantienen ambas empresas, no sería de extrañar que el primer terminal equipado con lo nuevo de Microsoft, fuese un Nokia.
En cualquier caso, el optimismo de los directivos de Nokia no se corresponde exactamente con la sensación que se percibe en Microsoft. Sin ir más lejos, no hace demasiadas fechas que Steve Ballmer declaró sentirse bastante decepcionado con respecto a las cifras de venta de Nokia en 2011. A finales de año, los terminales Lumia solo consiguieron llegar al millón de unidades vendidas, una cifra que el directivo de Nokia Victor Saeijs, tilda de “buen comienzo”.
Por último, en cuanto a la llegada a EE.UU y la reacción que esperan de los consumidores estadounidenses, Saeijs considera que es necesaria una reacción positiva del mercado estadounidense, tras la crisis que ha sufrido la compañía finlandesa en aquel país. “Es como empezar todo de nuevo. Sin embargo, debemos tener éxito en EE.UU, si queremos tener éxito en el mundo” concluye.