Matthew Garret, desarrollado de Red Hat, ha asegurado que Windows 8 va preparado para que cuando sea instalado en cualquier PC impida, tras ser certificado, que se instale otro sistema. Esto es debido a que los ordenadores personales diseñados para Windows 8 utilizarán un hardware basado en un nuevo protocolo de arranque, conocido como Unified Extensible Firmware Interface.
UEFI es una nueva generación de arranque alternativa al estándar BIOS, que previene que se carguen sistemas operativos que no estén aprobados oficialmente por una autoridad certificadora. Esto supondría que los equipos que lleven certificados para el uso de Windows 8 con UEFI, se verían obligados a bloquear el arranque e instalación de otros sistemas operativos, como Linux, hasta que Microsoft los considere como seguros.
Según ha explicado Garret, la medida también afectaría a sistemas que utilicen su propia kernel. Sin duda, esta noticia podría volver a traer polémica y reabrir el debate sobre el cruce de competencias en el mercado informático.