Parece mentira que nos olvidemos del cumpleaños de Windows, pero así ha sido. Nos lo han tenido que recordar en MuyComputer, por lo que nos vemos obligados a felicitar al Tío Gates algo avergonzados por la efemérides de su retoño. Corría el año 1983 y los rayos de sol del mes de abril caldeaba los techos de Silicon Valley mientras un jovenzuelo llamado Bill Gates intentaba convencer a unos trajeados directivos de IBM (a los que había camelado anteriormente gracias a las amistades que frecuentaba su madre para que adoptaran su MS-DOS, pero eso es otra historia) para que adoptaran su “Interface Manager“, un sistema de gestión de archivos y programas que consistía en varias zonas de trabajo superpuestas en el que llevaba trabajando desde hacía dos años.
IBM no tragó el anzuelo esta vez, y Bill se marchó enfurruñado con su demo bajo el brazo. Rowland Hanson, el responsable de márketing de la incipiente Microsoft, convenció al joven Bill de que el nombre de “Interface Managager” no era atractivo y que por eso en IBM no les había gustado y le sugirió un nombre nuevo. A principios de noviembre y con fuerzas renovadas, Bill se encaminó a realizar una nueva presentación a los directivos de IBM. En la carpeta azul que llevaba bajo el brazo lucía bien grande la palabra “Windows“. A pesar de su entusiasmo, los directivos de IBM seguían sin ver el futuro de un sistema de “ventanas” que podían superponerse. Querían que sus PC siguieran luciendo una tranquilizadora línea de comandos en fósforo verde. Por otro lado estaban trabajando en su propio sistema de gestión de archivos y programas llamado TopView.
Nuestro intrépido Bill estaba desolado. Lanzó la carpeta azul sobre la mesa de su despacho con rabia. Estaba convencido de que ese “Windows” estaba destinado a triunfar. Así que tiró la casa por la ventana, contrató una sala de conferencias en el exclusivo hotel Helmsley Palace de Nueva York y el 10 de noviembre dio a conocer al mundo la primera versión de Windows. Un entorno gráfico, soporte de ratón, menús desplegables y sobre todo ventanas, ventanas con múltiples aplicaciones capaces de interaccionar las unas con las otras. Algunos dicen que fue la presentación más elaborada de la historia de la informática. Bill con los ojos encendidos se dejó llevar por el entusiasmo y vaticinó que el sistema estaría listo para abril del año siguiente y que para final de 1984 Windows estaría funcionando en el 90 por ciento de los PC de IBM.
Lamentablemente la visión de Gates se anticipó tanto al futuro como al trabajo de los programadores. Múltiples problemas retrasaron el lanzamiento. Mientras tanto en 1984 Apple presentaba su Macintosh, Digital Research su GEM y Windows ya no estaba solo en el mundo de los entornos gráficos. IBM llegó a rechazar una vez más amparar Windows como sistema oficial de sus ordenadores personales en octubre de 1984. Sin embargo el entusiasmo de nuestro Tío Bill llevó en volandas a Windows para el que se realizó una demostración en mayo en el COMDEX y finalmente llegaría a las estanterías dentro de su caja azul en forma de cinco disquetes de 5 1/4 pulgadas el 28 de junio de 1985, apenas dos años y un puñado de meses después de su presentación oficial. Tuvo unos comienzos difíciles, el sistema enseguida se granjeó la fama de lento y lleno de errores (¿os suena?) y por si fuera poco Apple amenazaba con una demanda por los elementos copiados de sus sistema. Demanda que no se llevó a término pues Microsoft licenció esos elementos a Apple para esta y futuras versiones de Windows.
Microsoft siguió apostando por Windows hasta acabar consiguiendo esa mágica cifra del 90% de los ordenadores con un sistema que no ha cambiado conceptualmente desde que Gates se lo presentara a los escépticos directivos de IBM.
En este vídeo podemos ver a un muy reconocible Steve Ballmer vendiéndonos Windows 1.0.